El prestigio

Hoy era un día especial. La película que llevaba meses esperando, finalmente se estrenaba.

Cuando vas a ver una película con grandes expectativas, lo lógico es que te desilusione, aunque sea un poquito.

Pues no. El prestigio (paso de llamarle El truco final) ha colmado todas mis expectativas. Desde que vi La comunidad del anillo no había vuelto a sentir esa magia especial en una sala de cine. Simplemente, raya la perfección.

Hay cambios, claro, pero no son cambios a peor, son cambios necesarios. El libro tiene un "caminar" más lento, más pausado. Un libro lo lees a lo largo de varios días, o, como minímo, varias horas. Una película son cerca de dos horas. Hay que cortar, pegar, empalmar e intentar que lo que se crea en la mente del lector a lo largo de un extenso periodo, el espectador lo sienta en apenas dos horas. Y Nolan lo consigue.

Christian Bale está enorme, tremendo. Interpreta un genial Borden atormentado. Hugh Jackman está más irregular, tiene momentos buenos, pero a ratos lo veía descolocado. Los secundarios, muy bien: Bowie, Caige o la mujer de Borden. Scarlett Johanson me ha parecido más normalita.

Hoy soy un tio féliz.

P.D.: Ahora habrá que agenciarse una buena copia pirata, jeje. Y volver al cine, claro.

Un hombre sin patria

Ultimamente estoy de suerte. Cada libro que leo me lleva, inmediatamente, a hacer una entrada en el blog.

El último libro que he leído, mas bien devorado, es Un hombre sin patria del bendito KURT VONNEGUT; JR. EL bueno de Kurt ya tiene 84 años, pero sigue tan lúcido como siempre.

En un hombre sin patria, Kurt hace lo que siempre ha hecho, hablar del ser humano. Con la diferencía de que, por una vez, ha prescindido de la novelización y, directamente, dice lo que piensa. El libro me lo he leído en hora y media. Alguien podría pensar que es un timo 17 euros por un libro que te lo acabas en un plis plas, pero el libro no tiene precio.

Hace algún tiempo descubrí una gran verdad sobre los libros: todos hablan del ser humano. No importa el argumento, no importa la forma. Todos hablan de lo mismo. Hace un par de entradas me preguntaba que era lo que hacía grande a un libro. Ahora lo tengo claro: su capacidad de definir al ser humano. Si todos los libros hablan del hombre (y de la mujer, no seamos sexistas), ¿los mejores libros no serían aquellos que mejor lo definieran, lo explicaran, lo desguazaran pieza por pieza y explicaran su significado?

Y por eso Asimov, Salvatore & company son medianias.

Y por eso Vonnegut es el puto amo.

P.D.: Tengo que dar las gracias a mi novia, Yoli, por regalarme el libro, he de reconocer que me moría por tenerlo, pero me daba palo pagar lo que piden por él. ¡No me daba cuenta de lo barato que era!