Vellum y la ciencia ficción nueva y vieja
Hace apenas un minuto he acabado el prologo de Vellum. Un largo preludio, 24 páginas, que podría haber sido un magnífico relato, pero que en realidad es la promesa de algo grande.
El prólogo cuenta lo siguiente.
SPOILER
Reynard Carter es el miembro más joven de una familía, los Carter, que ha vivido obsesionada en busca de El libro de todas las horas. Un libro supuestamente dictado por Dios y escrito por un ser humano que fue llamado a los cielos con ese objetivo. Durante la guerra en el cielo, Dios contra Lucifer, unos angeles bajaron a la tierra con el libro para evitar su destrucción, lo escondieron de lugar en lugar hasta que fue entregado a un antepasado de Carter para que lo custodiara; pero hace muchos años la familía lo perdió.
Finalmente, nuestro protagonista lo encuentra en la biblioteca de su universida y lo ojea maravillado, descubriendo que está lleno de mapas del mundo ligeramente modificados, siendo la primera página un plano de la biblioteca. Obviamente, este plano fascina a Carter porque ¿cómo es posible que el autor del libro conociera el lugar donde miles de años después iba a estar escondido?
Consternado, Carter sale de la biblioteca para encontrarse su realidad física ligeramente transformada....pero deshabitada. Los últimos mapas del libro dibujan un mundo muy vasto en el que la tierra no es más que un pequeño punto y Carter entiende que su mundo, nuestro mundo, no es más que su limbo particular; el lugar en el que descansa hasta la llegada de su juicio. Después de tomarse una cerveza en un pub vacio (tremenda escena, con una colilla aún humeante cuando entra al local), decide salir de su realidad para buscar gente viviendo en su propio mundo, su propio limbo.
FIN DE SPOILER
A mi me ha dejado totalmente alucinado. Son 24 páginas, ¡¡24!! y me quedan 475 más..y una segunda parte.
Hasta hace apenas unos meses desconcía por completo este libro. Fue Richard Morgan quien me lo recomendó en la Asturcon y trás leer opiniones en Amazon decidí comprarmelo. Tenía el tipo de opiniones que busco: opiniones elaboradas que ponían al libro por las nubes y opiniones sin argumentar que decían que era malísimo, sin argumento, inintelegible.
Y eso me ha llevado a un reflexión: el EXCELENTE momento por el que está pasando el genero fantástico y el PENOSO momento por el que está pasando el fandom, genero o como queraís llamarlo.
En lós últimos diez años (más o menos) han publicado sus primeras novelas autores como Morgan, Reynolds, Mieville, Joyce o Duncan (sí, lo voy a incluir ya porque en 24 páginas me ha demostrado más que el 99% de los escritores). ¿Y cuántos Hugo o Nebula han ganado? Cero patatero. Uno debería pensar: ¡Uff, que monstruos deben haber por ahí para ganar a estos autores! Pues no, han perdido contra libros bastantes mediocres: Bujolds, Sawyer, Harry Potter, un Haldeman menor. ¡PERO QUE COÑO ESTÁ PASANDO AQUÍ!
¿Alguien se puede imaginar que Los desposeídos hubiera perdido el Hugo contra La paja en el ojo de Dios? ¿Qué Pórtico hubiera perdido contra La torre prohibida? No, ¿verdad?
Pues eso es lo que está pasando. No es de extrañar que los aficionados de hoy en día piensan que en la actualidad no se escriben obras como antes. Antes era muy fácil separar la paja del trigo, hoy en día parece más una tarea de arqueología.
Yo, como dijo Priest hace poco tiempo, también pienso que la mejor literatura de genero se está escribiendo hoy en día. Y aún mejor se escribirá en el futuro, conforme se abandonen los complejos de antaño, y se escriban obras más valientes.
Pero por desgracia, todo lo que rodea al mundillo, lectores, críticos y editores, no han sabido dar el paso adelante que, algunos, autores sí han dado.
Hace tiempo que no escribía en el blog, sabía que tenía algo que decir (aunque a casi nadie le importe, claro), pero no tenía el ánimo de hacerlo. Primer fue Luz, un libro diferente, genial y ahora ha sido el prólogo de Vellum los que me han impulsado a hacerlo. ¿No es eso lo que deberían hacer los libros? Llevar, a la gente que los lee, a pensar por si mismos. Sacudir conciencias, mostrarnos el mundo.
Yo creo que sí.